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Madres de la genética

No solo criaron a sus hijos, sino que estas siete cabañeras son algunas de las mujeres que están en la cúspide de la genética uruguaya gracias a sus criterios de selección. 

Manuela García Pintos

No solo criaron a sus hijos, sino que estas siete cabañeras son algunas de las mujeres que están en la cúspide de la genética uruguaya gracias a sus criterios de selección.

En este domingo en el que celebramos a las madres, Rurales El País seleccionó a seis mujeres  cabañeras, responsables de producir la mejor genética del país. El saludo a ellas en su día, y a todas las mamás del Uruguay.

María Mattos: “Si falla la vaca falla todo, no hay terneros; ni mejores ni peores”

La vaca de cría es el pilar en qué se basa toda la cadena cárnica nacional, por lo que la selección de los vientres es la madre de toda la selección.

Es más común ver que se ponga énfasis en la selección de los toros, pero si la vaca falla, falla todo: no hay terneros; ni mejores, ni peores.

El objetivo del productor es producir la mayor cantidad de kg de carne de calidad por ha, al menor costo posible de manera sostenible.

Nuestros criterios de selección están enfocados en alcanzar ese objetivo. Producimos vacas que se preñen fácil, paran bien, desteten un buen ternero. Que hagan esto todos los años y por muchos años.

En nuestro caso, vemos que cumplen con este objetivo las vacas de tamaño mediano, largas, profundas, femeninas, bien aplomadas y de musculatura suave.

Para seleccionarlas nos apoyamos tanto en los datos objetivos DEP, como en el tipo de animal mirándola una por una. Al trabajar te vas dando cuenta que bajo las mismas condiciones los distintos animales se de manera muy diferente y queda claro la gran importancia que tiene una buena selección.

La inversión en genética es fundamental. Los buenos animales producen más y mejor, siempre. La mejora genética es acumulativa y en nuestro negocio un buen rodeo es confiable y nos quita incertidumbre.

Alma Elorza: “La base de un proyecto ganadero está en la máquina productiva”

La base de un proyecto de producción ganadera está en la máquina productiva. Esta máquina tiene que producir, la mayor cantidad con la mayor calidad, ya sea de carne, leche o lana por un lado y en lo que nos ocupa, los mejores caballos de la manera más eficiente posible.

Esta máquina productiva está formada por las madres, son ellas que se reproducen y forman los rodeos ganaderos o manadas.

En los caballos Criollos, como en cualquier especie, para tener una buena cabaña, el criador tiene que tener, sobre todo, bien claro cuál es su objetivo de selección, qué caballo quiere producir y para qué. A diferencia de lo que es la cría de vacunos, en dónde la selección se basa en la producción de carne o leche, o en los lanares que la selección se basa en la producción de lana y carne, en los caballos existen un sinfín de objetivos y factores de selección.

En Criollos tenemos la selección morfológica, que busca el animal de mejor conformación. La selección funcional, busca producir buenos caballos en movimiento, para las distintas pruebas que tiene la Raza, desde la Marcha de Resistencia a los campeonatos de Redomones. Y está la selección morfológica y funcional en conjunto. Esta obviamente es la mas difícil porque se tienen que conjugar en un mismo animal las dos condiciones.

Ahora bien, cómo llegamos a producir esos animales? Teniendo una sólida base de producción formada por las madres integrantes de la manada. Es por ello que son tan importantes, son la base de la cría de cualquier Cabaña. Para tener una buena manada, es esencial que ellas sean consistentes genéticamente, es decir que trasmitan a sus descendientes sus propias características y lo hagan lo mas frecuentemente posible.

Esto requiere un trabajo de investigación, estudio y observación de los animales muy grande, por parte del criador. Al tener en la Raza Criolla tantos factores de selección, (no me voy a detener en esto porque no es el tema, pero entre ellos están los factores morfológicos, calidad racial, conformación; los funcionales, resistencia, docilidad, mansedumbre, etc.), el trabajo de selección es muy grande.

Es por ello que es tan importante tener bien claro qué queremos producir, un caballo para qué.

Es acá que donde tener una manada de yeguas sólidas es imprescindible, para después con los padrillos ir buscando distintas características que se complementen y mejoren la producción de estas madres y así ir evolucionando en la calidad de la cría.

Lucía Perdomo: “Más allá de la familia, cada vez más valido el valor genético”

Selecciono hembras que logren la pubertad tempranamente, que se preñen todos los años en las condiciones de nuestra ganadería comercial, que paran con facilidad y sin necesidad de asistencia, destetando un ternero de buen peso.

Otro aspecto donde pongo mucho foco es en la calidad de las ubres, partiendo de la base de que eso afecta, a mi entender, significativamente la performance de una madre.

Claramente la selección de vientres y la inversión en genética viene de familia, pero a medida que avancé en mi formación profesional y concreté mi inserción laboral, fui validando cada vez más el valor de la genética.

Estoy convencida de que se trata de una inversión acumulativa con los años, ya qué cada escalón que se sube para determinada característica se vuelve un patrimonio definitivo para ese rodeo.

Se trata de un proceso largo y acumulativo en el que debe tenerse muy claro cuales son las características que impactan significativamente en el sistema de producción a mejorar, ya que los objetivos de un programa de mejoramiento genético no son los mismos para todas las condiciones.

Con esto en mente, se debe poner el foco en la selección por ese grupo de características prioritarias, ya que si intento avanzar por demasiadas a la vez la mejora será mas lenta y menos eficaz.

Caroline Clark: “La genética verdaderamente superior, es la mejor inversión”

A pesar de ser una cabaña relativamente nueva en la cría de Angus, La Milagrosa cuenta con la experiencia de más de 20 años en la cría de la raza Cuarto de Milla. Con esta raza fuimos aprendiendo y nos costó mucho tiempo comenzar a comprar las primeras madres, porque teníamos un objetivo claro, adquirir solo hembras de primer nivel. Consideramos que las madres cumplen un rol fundamental en una cabaña. Cuando iniciamos la cría de Angus comenzamos a seleccionar hembras que tuvieran un gran respaldo genético, hembras productivas, funcionales y fértiles, hembras probadas y útiles.

Estas madres son la base fundamental de nuestra producción. Para La Milagrosa es clave la inversión en genética desde el día uno. Cuando tomamos la decisión de comenzar con la cría de Angus, diseñamos un programa de inversión, producción y manejo con objetivos precisos: multiplicar individuos genéticamente seleccionados, productivos y funcionales. Convencidos de que solo de esa manera íbamos a lograr llegar a cumplir con nuestros objetivos.

Es importante tener muy claro qué se quiere hacer y hasta dónde se quiere llegar. Lo ideal es lograr la excelencia productiva. Producir cada vez más y mejor, animales de calidad superior que brinden rentabilidad y beneficio a quienes los usan. En La Milagrosa tenemos una frase de cabecera: La genética verdaderamente superior, es la mejor inversión.

Lucía Zerbino: “Siempre hay que buscar funcionalidad y apoyarse en los datos”

Hay varias instancias de selección de vientres. En primer lugar, cuando se selecciona la reposición. En ese momento, todavía son terneras y se seleccionan más que nada por fenotipo y desarrollo.

Luego, cuando se “revisan” las vacas a mantener en el plantel entran en juego criterios de reproducción y habilidad materna. Al momento del parto, realizamos una calificación de calidad de ubre de todas las vacas y se refugan aquellas que tengan baja calificación, por problemas de amamantamiento. También se vuelven a revisar los datos de DEP ya que van cambiando en cada evaluación genética y buscamos más precisión.

Siempre tuve incorporado la selección, viene por la familia. Lo reforcé cuando hablando con los clientes, productores comerciales que “prueban” la genética en sus rodeos. Ellos me reafirman la importancia que tiene invertir en genética.

Siempre hay que buscar funcionalidad, me refiero a lo fenotípico, buena conformación corporal, corrección de aplomos, esto es fundamental para la buena performance del animal a campo.

También hay que apoyarse en los datos objetivos como los DEP. Hay que establecer los criterios de producción, por ejemplo, el criador debería buscar características que hagan a la cría, como por ejemplo facilidad de parto, habilidad materna, peso al destete y características vinculadas a la reproducción como circunferencia escrotal.

Giovanna Astore: “Pasión, objetivos claros y utilizar las herramientas disponibles”

Una buena madre debe ser: fértil, dócil, destetar un ternero y volverse a preñar. Debe tener excelente estructura, ancho de cadera, línea del lomo para facilitar el canal de parto, buen arqueo de costilla para sostener su preñez y cargar el pasto del invierno.

Ser suave en su tren delantero y femenina su expresión.

Nos fijamos mucho en la ubre, en cómo está inserta, tamaño y colocación de los pezones con buena accesibilidad y fácil desagote por el ternero recién nacido.

Un vientre funcional también se selecciona por su EPD de leche, habilidad materna, capacidad de destetar terneros pesados y sanos.

Además, todas las cualidades de las madres Hereford para producir a pasto: fácil engrasamiento, cualidades carniceras y buen peso de carcasa.

Estar acompañado el fenotipo con datos de EPD, herramienta muy importante, que nuestra raza Hereford, hace ya bastantes años viene trabajando para proporcionar al productor datos confiables para producir más y mejor; por eso y para eso seleccionamos nuestros vientres.

Para invertir en genética es necesario tener amor y pasión por lo que hacemos, objetivos claros, utilizar todas las herramientas disponibles, evaluaciones y animales con respaldo genético”.

Mariel Romero: “Lo más importante es tener un ternero al pie de la madre”

Nuestra experiencia y observación del proceso de cría nos indica lo que debe ser mejorado para que el productor gane más dinero. Facilidad de parto como criterio fundamental. Lo más importante es tener un ternero vivo al pie de la madre. Le damos mucha importancia al largo de gestación; con menos días obtenemos más facilidad de parto sin perder crecimiento del ternero.

Seleccionamos a favor de vacas que paran todos los años. En un segundo nivel, tenemos el peso de destete; y en un tercer nivel, la conformación estructural, destacando criterios fenotípicos como aplomos, conformación carnicera, pureza racial y que la vaca se vea como vaca y el toro como toro.

Al tener una vida como ganadera, y observar las diferencias en las características productivas de los individuos, es fundamental el proceso de selección de los animales superiores, para mejorar el resultado económico.

Ese trabajo de selección es el único camino para mejorar el ingreso. Es fundamental tener en cuenta que el reproductor, semen o embrión provengan de un programa de mejoramiento que tenga los mismos objetivos de selección de quien realiza la inversión. Es importante que sean adquiridos de una cabaña seria, con respaldo y trayectoria, que garanticen la cualidad genética y la funcionalidad de los animales. Y no es menos importante que el ambiente donde se seleccionan estos animales sea muy parecido al ambiente donde se introducirán.

 

Fuente: https://rurales.elpais.com.uy/ganaderia/madres-de-la-genetica